Incomprensión, es
la palabra que ronda mi mente. Que aflige mi alma y que aprieta mi pecho contra
mi espalda. Sé que te hablo y me escuchas, o que al menos afirmas escucharme.
Pero si me comprendieras no me pedirías hacer algo que no puedo. No cargarías tu
rabia contra mí cuando hago algo que me hace daño, aunque ya sepa que me lo
hace. No encuentro el camino correcto y cuanto más aprietas, más sufro, más
araño mis rodillas, más me fustigo… No es que no sepa valorarme. No es que no
me quiera. Pero a veces el camino correcto no es el más rápido. Y toda la presión solo consigue hacerme caer por el precipicio, para así llegar lo más
rápido posible al suelo.
Si me quieres no
me juzgues, no me obligues a hacer lo contrario a lo que siento. Ayúdame a ayudarme
pero no me obligues a negarme. Ayúdame a aprender de mis errores Pero no me
clasifiques. No soy o buena o mala. Soy persona. Me equivoco. Tengo fallos.
Pero cuando se trata de mi y no implica a nadie, me gustaría poder equivocarme
con gusto. Mantener mi espacio. No necesito que nadie dibuje mi camino.
Si dejo de dar
pasos a favor de uno de mis sueños, quizás es porque ese sueño necesita tiempo.
Quizás solo necesito dejar reposar mi mente. Si algo tengo claro es que no soy
una máquina, una simple máquina pautada para hacerlo todo de forma automática.
De forma correcta, pero ¿a qué precio?.
Lo que vivo, lo
que hago me repercute. Mis decisiones me duelen, tus decisiones sobre mi, me
arden. Porque yo soy la única que seca mis lágrimas cuando sufro.
A veces mi vida
se torna un lago y mi agua no es sino tristeza. Mi vida pintada en tonos ocres.
Sin color. Sin forma. Los relojes se derriten, como en “La persistencia de la memoria”.
A veces parezco dura,
como el hierro. Pero no soy más que hielo, un día de verano.
Mis sentimientos
no son perennes. Soy árbol de hoja caduca.
Hoy fuego y mañana soy aire. Hoy rabia y mañana paz.
Mi sueño, ser un
pájaro que despliega sus alas colina abajo. Solo anhelo la libertad. Ser sin
peros ni porqués. Porque las explicaciones del alma son complejas y difusas. Y
la tenue mirada que sale desde mi interior no alcanza a comprender la magnitud
de las circunstancias.
Comentarios
Publicar un comentario