Que la distancia solo son kilómetros, es relativo. La distancia se mide en besos, en caricias, en oportunidades, en sueños, en deseo. La latitud de mis manos en tu espalda, o la diferencia de altitud entre tus hombros y los míos. Acabar con ella es tan solo es cuestión de ponerme de puntillas, o de que tú te agaches.
La distancia, es la que causa el momento eterno antes de que te de un beso, el recorrido de una lágrima que cae por tu mejilla o el suspiro ante una casa desordenada y tu mente en otra parte. La distancia no es excusa para el calor, el frío se disipa a miles de kilómetros si escucho tu voz en mi teléfono desde cualquier parte. No aplaca los temores, ni sosiega el amor. La distancia es la porción de espacio que queda entre tus ojos y los míos, aunque nuestras miradas estén destinadas a tocarse y que se disipen los problemas en tus pupilas. La distancia es leve y se supera con cariño.
“Podran cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”
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