Con distintos gases, distintas densidades y en distintas proporciones.
Es extraño. Sí,
así debe de comenzar esta vez lo que escribo "es extraño". . Y
es que no puede ser de otra manera, pues mi interior se siente así, extraño.
Inundado en confusión, verdades que duelen y mentiras que queman. Lleno de
dudas, de incertidumbres, de vacíos, de pequeños agujeros que comienzan a
cerrarse y de muchos otros que comienzan a abrirse.
Muchas veces el
miedo es el culpable de esos pequeños vacíos que con el tiempo acaban
cerrándose, o más bien tapándose por otros.
Los problemas a veces parecen
ganarnos y creemos que pueden con nosotros pero no es así. Acabamos superándolo
todo y de no ser así sería horrible porque significaría que las ganas de vivir
de uno se han ido, lo cual solo tendría dos salidas, al menos bajo mi punto de
vista: una son las drogas, la adicción; la vida guiada por el alma
concupiscible como bien decía Platón. La otra es la muerte, y es muy triste
morir sin esperanza.
Somos polvo que
tan solo va hacia más polvo. Cuanto antes se acepta esta idea antes se empieza
a vivir. Para qué simplemente existir saturados pensando en que nuestro
recuerdo no durará. Somos tragedia y comedia. Somos la luz que guía a otros y
necesitamos de otras luces que nos iluminen a nosotros. Algunos juran que tan
solo somos más polvo en el camino dirigido por el destino. Sin embargo otros se
atreven a contradecir esto y pensar que el destino no existe y somos lo que nos
proponemos.
Sea lo que sea,
en nuestra escala de valores siempre está el amor, la libertad, el poder…
aunque ni siquiera sabemos como llegar a estos principios y por ello acabamos
borrando los colores del ser de otras personas.
Nunca se ha de
olvidar que todos salimos de donde mismo. Tan solo somos las piezas de un
complicado puzzle que al principio no encajan, pero que con el tiempo van
encontrando su sitio.
Somos aire. Aire
que se consume, condensa y que acaba sufriendo la rarefacción de la ironía. Aire
que unos respiran y que otros exhalan y que continuamente está cambiando. Hecho
de distintos gases, con distintas densidades y en distintas proporciones, pero
al fin y al cabo aire.
Somos versos hechos carne humana: sordos,
ciegos, mudos pero no nos falta ningún oído, ojo, ni pulmón. Tenemos todos los materiales pero no sabemos como usarlos.
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